Tras el anuncio del pacto fiscal PNV/PSE, si bien a falta de clarificar algunos puntos en cuanto a la reforma planteada en el Impuesto sobre Sociedades y sus efectos (básicamente, en cuanto al significado y alcance de la propuesta de tributación mínima y de la limitación de los gastos financieros), los representantes empresariales respiraron razonablemente tranquilos, a la vista de los planteamientos alcanzados, frente a los que parecían anunciarse.
Pero, aprovechando la presentación de los resultados de la campaña del Impuesto sobre Sociedades 2012, la Diputación Foral de Gipuzkoa (Bildu) anunció que hará pública su propuesta de reforma del impuesto, que pasa a denominar «Impuesto sobre los Beneficios de Sociedades», recogiendo las conclusiones de la ponencia que se desarrolló el año pasado en Juntas Generales y apostando por una drástica reducción de las deducciones en cuota.
La composición actual de las Juntas Generales guipuzcoanas hace complicado prever que la propuesta de la Diputación Foral pueda salir adelante, ahora que el PSE ha formalizado el pacto fiscal con el PNV, pero, indudablemente, el movimiento realizado exigirá una respuesta del resto de partidos políticos y dificulta la anticipación de los derroteros por los que, finalmente, avanzará la reforma.
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